Ahí vago lenta y silenciosa, ahogando suspiros, musitando sueños,,,
La razón decae sin auxilio de esperanza.
Se desvanece el alma.
Renacen besos y caricias.
La noche amarga.
Que en tí pienso, en el olvido y la soledad,,,
Que añoro emociones.
Ilusa de mí.
Agonizo en el recodo del corazón marchito, de mustias salpicaduras de engaños.
Maltrecho de dolor, hiriente de pecado y sacramento traicionado.
Así la dicha se ausenta, abriendo su mano en ancha despedida.
Muda y sigilosa,,,
Pero acechan vientos de cordura.
El tiempo apremia.
La vida se alza de nuevo.
Avanza lenta.
Quién tiene prisa para amar?
La duda mana, piensa, se encarna.